Editorial: El Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido y aconsejado que no hablemos más de fallecidos, infectados, curados, positivos, negativos, asintomáticos, UCI, atención primaria, residencias, hospitales, el coronavirus, el COVID-19. Le trae malos recuerdos, lo quieren lejos de su vida. Hay luto, se reza, se recuerda, homenajes, silencios. Pero hay que pasar página. Ya en su día dentro de algunos meses o años se pasarán los datos oficiales, mejor cuando la pandemia económica y del hambre haya remitido.

Hoy hay sesión en el Congreso, el presidente pide una nueva prórroga del Estado de Alarma. Mientras, los registros oficiales hablan de 43.009 muertos más por este desastre humanitario, según la media de los últimos 10 años, y las funerarias lo sitúan en 43.980 fallecidos extras, miles de infectados, y centenares de personas con secuelas que ya no curarán nunca por ser crónicas. Allí en la sede de los políticos se tirarán los trastos a la cabeza, misiles dialécticos que han preparado con esmero los asesores. Queda literario, las hinchadas del circo llenarán de aplausos las redes.

Ahora que no hay fallecidos, que el coronavirus y el COVID-19 fue una invención, una película emitida en diferido y montada en Almería, con los cooperadores necesarios de los plumillas a sueldo de los monopolios de TV y las cadenas públicas y autonómicas. Con varios directores de orquesta, negando hasta ataúdes, despedidas, lágrimas y lutos. Ha cambiado todo, quienes están para informar han preferido poner vídeos, y mientras se abrían tumbas y se cerraban las oscuras grietas de los panteones, fumaban animados en sus tertulias.

El PNV, ese partido vasco que tienen coalición de Gobierno en su tierra con el PSOE, en cada prórroga arrima el ascua a su sardina. Que le importa a ellos el drama de la vida, el todo de un país que se desangra, los gritos, la tristeza. Los ventajistas inventaron conceptos insolidarios que duelen al resto de este maltrecho país. Es un Reino de Taifas con Virrey. Ellos cuentan aparte del Estado, darán el dinero a los subvencionados del mínimo vital, para que sean su clientela, sus agradecidos, saben que las peonadas dieron muy bien resultado en otras comunidades autónomas.

Los catalanes de Esquerra Republicana ya lo han dicho por activa y por pasiva, en catalán de Barcelona y de Girona, en castellano y en otros idiomas del 15-M. Ellos van a Madrid a recordar que tienen pendiente la independencia y que si se habla de prórrogas, ellos hablan de mesas bilaterales, de presos, de esa historia reciente inventada que solo compran y editan quienes gobiernan para el día a día, obviando a los hombres y mujeres del largo plazo. Buscan el regate y la burla. Mientras allí en Catalunya ellos siempre mandan, gastan, imponen, silencian. Ejercen de tiranos.

Ayer no tuve que hacer la información de cada día sobre el COVID-19, ha pasado a la historia de los medios de comunicación. Hoy tampoco tengo que mandar en mi Facebook dato alguno. El Gobierno lo deja para después. En las comunidades autónomas que nutren España se han muerto en las últimas 70 horas al menos 50 personas del virus, las autoridades sanitarias cuentan cero (0). Dice el Doctor Simón que ahora hay que centrarse en otras cosas, dejemos de sumar y ver la parte triste de esta pandemia, ellos ahora la llaman otra cosa. A los que critican estos comportamientos caciquiles les llaman fascistas, malas personas y a su clamor, ruido.

Me dijo ayer un compañero de tareas informativas que tenga cuidado con lo que escribo, son malos tiempos para la libertad de prensa. Lo tengo claro, si me cierran este portal web me compraré un megáfono, si me lo quitan repartiré octavillas a bolígrafo y si persisten callarnos iré puerta a puerta. No se puede amputar lo que pasa. Saben todos mi opinión de todos los políticos, hombres y mujeres. De aquellos que se sirven en vez de servir.

No hablo de pueblos, ni de ayuntamientos, no. Apunto a quienes manejan a la opinión pública, quienes tienen ejércitos a sueldo, Teles, Radios, boletines oficiales. Hablo de quienes legislan. No me fio, ninguno es trigo limpio. Hace tiempo que espero un/a estadista del interés general que ponga patas arriba esta indecencia y diga, a ninguno de los anteriores. Rafael Gabaldón San Miguel.