Editorial: Cartas encima de la mesa, está muy claro que hasta el 10 de mayo no te quites el sayo. El presidente no ha dejado dudas, pedía la prórroga hasta el 26 de abril ayer en la tribuna del Congreso, pero tendrá que renovar otra hasta la fecha citada del 10 del próximo mes. Por lo tanto el Estado de Alarma de entrada será vigencia durante 30 días. Es normal, cada jornada nos dejan en el mejor de los casos más de 600 personas, fallecidos/as que significan un auténtico drama, insoportable. Con ese panorama lo mejor es caminar prudentes hasta la victoria y sabedores que nadie muere ni se contagia. Entonces llegará la libertad.

Como la mayoría sabía serán dos meses de encierro, los mismos que han estado en China. Ahora nos toca a nosotros copiar. Me levanto ilusionado porque hemos recorrido la mitad del camino. Lo siento mucho por aquellos residentes que habitan pisos pequeños y en ocasiones son tres y hasta cuatro ocupantes. Que normalmente son los que menos reservas tienen en la despensa. Hemos comenzado un camino y no podemos quedarnos en medio de la nada, hay que seguir hasta llegar a la otra orilla. Sin dudas ni complejos.

La próxima semana se incorporan muchas personas al trabajo, profesionales de la construcción, jardineros, metalúrgicos, industrias, hogar, y otras profesiones que al principio se calificaron de esenciales. Lo único que les pido desde aquí que cumplan los protocolos sanitarios, por favor. Limpieza, desinfección de manos, mascarillas, guardar las distancias, compartir el trabajo desde la responsabilidad. Si lo hacen mal serán foco de contagios, por ellos y para sus familias, así se retrocede en el objetivo general, si no son rigurosos más tiempo estaremos todos fastidiados.

Que la mitad de los 15.000 fallecidos oficiales correspondan a usuarios de las residencias de mayores y geriátricos te rompe el alma, y mucho más cuando se ha desvelado que una parte importante no está contabilizada en los datos generales. Supuestamente son muchos más. Ojalá sea un error. Cuando hagamos la suma final será para temblar durante muchos años.

La meseta del pico se hace muy larga y el descenso se llevará por delante a miles de personas. Esto no lo aguanta ni los juguetes de cartón. No se puede mirar atrás, nos ha tocado vivir con desazón un momento en el tiempo agrío, muy amargo. Letra y música indica que saldremos adelante, resistiremos.

Las nuevas tecnologías nos dan la oportunidad de compartir las empanadas de Pascua aunque sea virtualmente, recuerdos de procesiones, todo tipo de creaciones y cánticos, versiones de futuras canciones, sentimientos al balcón que provocan sonrisas y hacen olvidar todas las citas que han quedado suspendidas. Las videoconferencias hacen milagros, están ahí al lado tus seres queridos, los puedes casi tocar. Sabes que soportan el encierro bien y que no tirarán la toalla por nada del mundo. Se postergan los encuentros y en el horizonte están cada vez más cerca, que es un mes en nuestra existencia.

Me decía un amigo ayer que tienen el piso impecable, han realizado una pequeña reforma pendiente desde tiempos inmemoriales, han puesto a punto todos los cajones y escondites, han quitado del medio todo el congelado que nunca se cocinaba, hasta están muy bonitos los espacios muertos de la despensa y la terraza.

Ayer mismo tiraba botellas y más recipientes al reciclaje, cartón a la espera del día de recogida y la orgánica sin demoras ni olores. Aquella ropa que se quedó en las perchas prácticamente nueva porque nunca se usaban y quedó pequeña, también en busca de aprovecharla. Que recuerdos con aquellos juguetes ahora limpios de épocas pretéritas. Desempolvando tiempos y vivencias, lo vi nostálgico, lo sentí más humano. Rafael Gabaldón San Miguel.