Ha saltado la alarma social en el municipio de Manacor en grado de pánico. Nunca antes había habido miedo tan elevado, inseguridad tan evidente, desconfianza, temor, terror, pavor, espanto, horror, susto, sobresalto, recelo, aprensión, turbación, sorpresa, asombro, desasosiego. Así de claro, los delitos han aumentado un porcentaje alarmante, se atraca sin impunidad y de manera agresiva, las zonas de campo padecen una oleada de robos nunca antes vista, no se respeta el descanso de las personas, se ocupan viviendas el doble de lo permitido y hasta el triple. Lo que es más grave, muchos casos ya no se denuncian.

Los okupas campan a sus anchas, han llegado familias a la ciudad que no aceptan los protocolos de convivencia, la prostitución profesional se ejerce en viviendas con familias y niños pequeños como vecinos, el incivismo no respeta las reglas de higiene, salubridad y sanidad, están prevaleciendo matones y faltones por las calles. Los fines de semanas se hacen insoportables. Muchas personas no están censadas, desconocemos al menos las dirección, nombres, apellidos y procedencia de más de un millar de residentes.

Los carteristas de visten de domingo y gala. Han llegado profesionales de la estafa. Las discusiones de escalera pueden terminar que te den varios navajazos sin darte los buenos días. Proliferan como nunca las armas. El pueblo padece un colapso circulatorio inasumible, lo que provoca enfados y peleas. Ayer dos, una de ellas con puñetazos. Insultan a tu madre, le llamas la atención y te mandan al Hospital con dos heridas de navaja a punto de desangrarte, perdió casi litro y medio. Hasta matan árboles porque les quitan la vista. Algunas voces piden que si no se pueden contratar nuevos Agentes Municipales que se incorporen a la plantilla guardias de seguridad para días y horas especiales, fines de semana, seguimiento y control.

Hemos ido anotando todas las reclamaciones, notas de prensa de sucesos de la Policía Nacional, denuncias que nos han trasladado la población, asuntos que están ocurriendo día a día narrados por los residentes, seguimos las redes sociales y vemos la cantidad de desalmados/as que se pasan por el forro y las narices las reglas del juego. Nos mandan tres imágenes de días diferentes de una señora que tiene cuatro perros y cada día sus excrementos se quedan en la vía pública y donde orinan a diario el arbolillo está seco. Ningún control en las barriadas del extrarradio donde vive el 50% de la población.

Mientras se habla de la Ley Montoro y Montero que impide que tengamos más agentes, que podamos contratar personal de emergencias, que se pueda cubrir lo mínimo necesario. Paradójico tenemos en la caja fuerte 30 millones de euros que no podemos gastar, equilibrio presupuestario le llaman. El sábado le pegan un tirón a una señora de unos 70 años y casi le rompen el brazo para llevarse el bolso, el chorizo sale corriendo, se grita al ladrón al ladrón al ladrón, quienes lo ven paralizados, se pierde por una calleja, nadie lo persigue, ninguno lo señalamos.

Le quitan el dinero a la salida de un cajero, 150 euros, encima si se le ocurre gritar le dan una paliza, “te callas cinco minutos puta mierda”, le dijo el impresentable. Muchos/as sacan dinero en calles concurridas y bien iluminadas, por si acaso, por eso el éxito de los cajeros de la calle Amargura. La media de conductores sin seguro, sin papeles, sin carnet, en vehículos y motocicletas, histórica. Quienes no pagan la comunidad y los servicios comunes como nunca había ocurrido. Esto también es importante. Se engaña a la Seguridad Social con tarjetas de otros/as.