El Ayuntamiento de Manacor ha dicho basta a los incívicos/as. Tolerancia cero. Les pide respeto y consideración al interés general. Les insta hacer óptima la convivencia. Hay una campaña de gran dimensión en las redes sociales, en la página web municipal, donde se hace un seguimiento de las irregularidades e ilegalidades para ir dejando claro que así no se puede continuar. No puede ser dejar trastos en los contenedores de orgánico cuando hay un servicio gratuito que viene a tu propio domicilio y te lo retira de casa sin coste alguno. Ya está bien.

Los responsables municipales se están cuidando de fotografiar las ilegalidades y las ponen en las redes sociales para señalar que así no vamos bien. Ponen la calle, los hechos y las fotos del delito. La última, alguien ha dejado una rejilla de grandes dimensiones al lado de un árbol en la Avenida del Torrente. No se hace reciclaje y además se pone en peligro a la población porque puedes tener un accidente. El tema de los contenedores se señala día si y día también. En vez de basura, hay personas que dejan de todo menos basura.

Han empezado los controles y se comenzará a denunciar en serio. De momento habrá una campaña informativa. Pero como el tema es muy grave y afecta a la convivencia, higiene, salud, la propia economía de todos. Entonces habrá multas y gordas. Para no recibir la sanción se podrá cambiar por trabajos para la comunidad. Y asistirán los infractores e infractoras a talleres y clases para que conozcan que hay un horario para bajar la basura, que no se pueden mezclar muebles con los contenedores de orgánica, que hay servicios gratuitos para trastos, que no se deben arrojar papeles a la vía pública y mucho menos dejar en la calle los excrementos de sus perros.

Manacor necesita una extensión de un colegio de Primaria para adultos y que les enseñen Educación. Según el INE hay casi 8.000 personas de un total de 46.000 habitantes que se pasan por el forro la convivencia y si les dices algo te amenazan. Ayer mismo una joven de 25 años reprendió a un residente que dejaba un colchón al lado de un contenedor de basura orgánica, el tipejo impresentable, le contestó, “vete a la mierda puta, zorra”. Con esas formas, la joven siguió su camino porque los impresentables donde mejor están es en una isla desierta.